The Cub – Análisis

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Para hablar de The Cub, el nuevo juego de demagog studio, se vuelve imprescindible mencionar su anterior proyecto y ópera prima, llamada ahora Golf Club: Nostalgia (aunque se lanzó bajo el nombre ‘Golf Club: Wasteland‘ y, de hecho, así la analizamos en Vandal). Es necesario conectar estos dos títulos no sólo porque compartan el mismo universo posapocalíptico, que también, sino porque al personaje que controlamos aquí hace su aparición en dicho videojuego.

Golf Club: Nostalgia es un magnífico juego que se disfraza, como su propio nombre indica, de juego de golf en dos dimensiones para ofrecer en realidad una aventura de exploración en las ruinas de una Tierra devastada por la Humanidad, utilizada ahora como campo de recreo por las élites que lograron escapar a Marte.

En esa ambientación sucede un encontronazo muy significativo para ambas historias (esto puede ser spoiler si no has jugado al primero, así que recomendamos hacerlo a ciegas): el ricachón que juega al golf se topa con un crío que de alguna manera ha logrado sobrevivir al apocalipsis.

Aventura de plataformas al estilo de la vieja escuela

Ahora, en The Cub, es ese niño el protagonista de la historia. El juego mantiene la perspectiva en dos dimensiones del primero, pero deja de lado el golf para apostar por un plataformeo más clásico, con obstáculos, secretos y secciones de persecución al estilo de la vieja escuela. Su descripción habla de influencias de los clásicos de SEGA, y lo cierto es que se aprecian esos aromas de los plataformas de los años 90, para bien y para mal.

La gama de acciones que podemos realizar está definida por ese género: movernos de lado a lado, saltar y agacharnos. También hay un botón para interacciones contextuales, otro para agarrar y empujar objetos (que sirven de vez en cuando para crear nuevas plataformas) y uno para agacharnos, puesto que el sigilo llega a ser bastante importante en The Cub. Un abanico de mecánicas simples, pero suficientes para explorar el apocalipsis bidimensional en el que se enmarca el juego.

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Narrativa y diseño tradicionales

Aparte de la perspectiva en dos dimensiones, The Cub también mantiene la mejor idea de Golf Club: Nostalgia, esa radio que nos acompaña durante la aventura para contarnos no sólo lo que ocurre en la colonia marciana a la que ha quedado reducida la Humanidad, sino también qué echan de menos de la Tierra y, de paso, reproducir música nostálgica para ayudar a los ricos que escaparon a sobrellevar la vida en el nuevo planeta.

Aquí, sin embargo, el efecto queda mucho más diluido. La ejecución de esta idea en el juego de golf estuvo acertadísima; el sistema era tan mecánico que el acompañamiento de esa emisora de radio resultaba natural, casi relajante, y llevaba el protagonismo del relato. Sin embargo, The Cub quiere contar su propia historia y esa fórmula queda oculta entre otras herramientas narrativas no tan ingeniosas. Es un juego más tradicional en su forma de transmitir lo que ocurre, perdiendo algo de fuerza con respecto a su predecesor.

No sólo es más tradicional en su narrativa, sino en el diseño de niveles: demagog studio se inspiró en los plataformas clásicos para dar forma a The Cub y eso se nota, sobre todo por lo punitivo que puede llegar a ser y la poca anticipación a los obstáculos que ofrece. Eso, sumado a unos controles poco precisos y a unas colisiones algo mal medidas, da como resultado una experiencia de juego algo torpe, atropellada y frustrante. Son algunas de las peores facetas de un proyecto que, por lo demás, mantiene la visión creativa del estudio y ayuda a expandir su universo.

El encanto de The Cub

Pese a todo, aunque su experiencia de juego no sea la mejor, The Cub es un juego al que quieres seguir jugando. A veces porque hay momentos en los que sabe sacar partido de su gameplay y propone situaciones interesantes, fluidas y desafiantes; otras porque su dirección artística es muy buena, tanto en el dibujo de los fondos como en el uso de las profundidades y las animaciones del personaje protagonista; y otras porque explorar sus niveles en busca de escondrijos y secretos es realmente interesante, porque es ahí donde aprovecha para indagar en la sociedad apocalíptica que propone y donde sí encuentra verdaderas buenas ideas narrativas.

Conclusiones

Lo mejor que podemos decir de The Cub, además de poner en valor su magnífico trabajo artístico en lo que respecta tanto al apartado gráfico como al sonoro (que también era genial en Golf Club: Nostalgia), es que es un juego que resulta entrañable y al que es fácil cogerle cariño. Quizás es porque el protagonista sea un niño dicharachero que contrasta con el apagado mundo apocalíptico en el que vive, quizás porque de verdad su jugabilidad desprende nostalgia aunque sea desde lo tosco y atropellado. También ayuda que el universo creado por demagog studio resulte extrañamente acogedor, ingenioso dentro de lo genérico y relajante de algún modo. Esta extraña trilogía continuará con Highwater, una aventura isométrica en 3D que ya se puede jugar en móviles, y The Cub nos ha dejado con muchas ganas de ver cómo continúa creciendo esta peculiar saga.

Hemos realizado este análisis en PS5 con un código proporcionado por WireTap Media.Venir de Tragamonedas Gratis Online

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Golf Club: Nostalgia es un magnífico juego que se disfraza, como su propio nombre indica, de juego de golf en dos dimensio…